Una de las cosas que resultan obvias cuando se reaviva la afición por el slot, y volvemos a tener entre las manos los coches con los que jugábamos, es que la carrocería se llevaba siempre la peor parte durante nuestras horas de juego: las salidas de pista y el simple manejo descuidado, propio de los críos, resultan en mil y una cicatrices de batalla; desde la pérdida de retrovisores o alerones, a la fractura del parabrisas, el despegado de las calcas decorativas o el borrado de la pintura. Todo lo cual hace que sea el elemento en el que primero nos fijamos, y que más trabajo requiere a la hora de devolverle su aspecto a nuestros coches.
Personalmente, me encanta que la carrocería del coche luzca vistosa. Actualmente se pueden replicar las decoraciones de muchos equipos y pilotos famosos, y hay veces que echo de menos que los fabricantes no produzcan más versiones con esquemas coloridos. Y aunque me produce mucho respeto un coche que ha sobrevivido a décadas de uso, y en esos casos me inclino más por restaurar su aspecto original, también he disfrutado reuniendo piezas de varios coches y montando una versión que no había sido reproducida hasta ese momento. Así que, pensando en aquellos que, como yo, disfrutamos el hobby de pequeños pero nunca llegamos a "verle las tripas a fondo", he decidido que este artículo podría serle útil a quien se plantee abrir un coche antiguo de slot, ya sea para ponerlo a punto o repararlo.
Partiendo de la suposición de que empezaremos con coches que llevan tiempo sin usarse (o coches viejos de segunda mano, que suelen ser económicos), lo primero que haremos será evaluar hasta dónde han llegado los daños y efectuar una limpieza del polvo que, de seguro, se habrá acumulado en el interior. Y para eso necesitaremos separar la carrocería del chasis, lo cual nos va a obligar a aprender (o volver a descubrir) las variopintas maneras en que Scalextric unía las dos piezas. Hablo de Scalextric porque es la marca con la que yo, y supongo que la casi totalidad de la generación de los 80, se inició en el hobby, pero imagino que modelos antiguos de otras marcas acusarán dificultades similares.
¿A qué me refiero con todo esto? Pues a que, aparte de los tornillos de anclaje, Scalextric lograba el correcto ensamblaje de chasis y carrocería de maneras muy diferentes según el modelo. Y eso implica que hay que andarse con cuidado la primera vez que abrimos un coche, para no romper pestañas de unión "escondidas" o la propia carrocería. Algunos ejemplos ilustrativos serían los siguientes:
Lancia Stratos. Dos tornillos en la zona delantera son las únicas piezas que mantienen unido el conjunto, ya que la parte posterior se encaja apoyada en el chasis, aprovechando la forma en ángulo de esta zona.
Lancia 037. Primeros coches que llevaban luces, así que hay que encajar correctamente el portalámparas en las ranuras frontales de la carrocería para que se alineen los huecos de los tornillos inferiores.
Ford RS 200. El encaje se complica. Hay un solo tornillo, pero debemos acertar con los huecos de los faros por delante y con la zona de la matricula por detrás para que el conjunto ajuste de manera correcta.
Toyota Celica. El ajuste en el frontal requiere mucho cuidado, para no partir la delgada pieza de la carrocería en la que se encuentra la pestaña donde se encaja el chasis.
Como digo, cada modelo tiene su propio "truco". Y, por suerte, estos problemas se pueden considerar desaparecidos en las últimas generaciones de coches de slot, puesto que (hasta donde alcanza mi experiencia) se ha apostado por eliminar esos juegos de encaje. Gracias, entre otras cosas, al uso de iluminación por LEDs y a la eliminación del cableado interior.
Así pues, ya tenemos la carrocería separada del chasis. ¿Qué nos vamos a encontrar dentro?
1) La bandeja del piloto. También llamada cockpit. Es la pieza que simula el habitáculo interior, sirve de soporte para la figura del piloto (y del copiloto, según el coche) y puede incluir una simulación del motor o de los asientos traseros en algunos modelos.
2) El parabrisas. Una de las partes más frágiles, y que rara vez sobrevive intacto a nuestra infancia. Debe ser uno de los repuestos más buscados, porque no resulta fácil de reproducir.
3) Los anclajes de todos los elementos "accesorios" que sobresalen de la carrocería (retrovisores, alerones, tomas de aire...), o de piezas interiores que se fabricaron aparte para su correcta reproducción (rejillas de radiadores, por ejemplo).
¿Qué es lo que puede resultar más sorprendente en el interior de una carrocería antigua, para alguien que nunca tuviera que plantearse la sustitución de piezas? El uso de la fusión del plástico para realizar el anclaje de las mismas. Se puede reconocer enseguida, porque verás piezas de plástico derretidas donde encajarían los elementos exteriores.
Aunque también encontraremos piezas que ajustan gracias a pestañas flexibles, para elementos como retrovisores o alerones lo habitual es que se aplicase calor al vástago que entraba en la carrocería, para aplanarlo y dejar bloqueada la pieza en la posición deseada.
El principal inconveniente de este sistema es que, si necesitas retirar la pieza, no tienes más remedio que romper la parte fundida que hace de bloqueo y ya solo podrás volver a mantener la pieza sujeta por medio de cola (la unión con cianocrilato o pegamentos similares es inviable, porque te obstruiría la ranura de inserción de la pieza y podría llegar a deformar la carrocería). En un coche cuya única pega fuese una fisura en el parabrisas, significaría con mucha probabilidad romper varios anclajes para poder retirar la bandeja del piloto y luego la pieza dañada. Y lo mismo se aplica al caso de que quieras repintar la carrocería (salvo que seas muy muy mañoso con la cinta de enmascarar).
Lamentablemente, no os puedo dar una solución fácil a este dilema. Tan solo poneros sobre aviso, si pretendéis restaurar coches viejos. Aunque la cinta americana puede ser vuestra gran aliada, si queréis un remedio rápido y barato. Eso implica también que, si quieres montar un coche con piezas sueltas de otros, te interesa conseguir una carrocería con todas las piezas en su sitio (o buscar los repuestos en alguna de las webs que los reproducen), ya que la cosa no es tan fácil como decir "le quito el retrovisor a este y se lo pongo a este" (salvo que te limites a mantenerlo pegado con cola, como ya he dicho antes).
A raíz de esto, me gustaría añadir una nota para aquellos que hayan decidido que las carrocerías de sus coches están más allá de toda salvación y que igual les saldría mejor rastrear el mercado de segunda mano: cuidado, porque todos los elementos "accesorios" (retrovisores, alerones, bandeja de piloto, parabrisas... etc) se retiran en ocasiones para venderlos aparte, de modo que mejor no tirar tu carrocería antigua antes de haber comprobado que la sustituta tiene todos sus componentes.
Y eso es todo por hoy. Una vez más, confío en que este artículo sirva de ayuda a quienes estáis recuperando la afición por el hobby, o a aquell@s que han decidido darle una oportunidad. En próximas entregas, hablaremos de otras partes del coche y qué cosas se deben tener en cuenta.
Saludos y tensión al gatillo.
Una buena introducción a las carrocerías :) Por ampliar, a la bandeja de pilotos también se le suele llamar "cockpi" ;)
ResponderEliminarGracias por el apunte. ;)
Eliminar